¿Qué opinan los estudiantes del sistema educativo? Resultados de encuestas y entrevistas

Este lunes realicé una serie de encuestas sobre el sistema educativo actual a través de mi cuenta de instagram, dirigido a estudiantes universitarios y planteando cuestiones sobre distintos temas. A continuación os muestro esas cuestiones y los resultados obtenidos, así como una pequeña entrevista a tres personas que participaron en las encuestas a las cuales estoy muy agradecida. 

Como podemos ver, está claro que la gran mayoría de encuestados considera que el sistema educativo actual está fallando pero ¿en qué? Según los resultados, la disconformidad se da con los profesores y el sistema de evaluación más que con la propia carrera. 

Partiendo de que el 89% de los 91 encuestados opina que el sistema educativo no funciona, el gráfico que más me llama la atención es el referente a la toma de decisiones, donde también el 89% no se siente escuchado y considera que sus opiniones no se tienen en cuenta. Y por otro lado, el 87% afirman que los exámenes finales no reflejan el trabajo total del curso y preferirían tener más carga práctica, así como también un 87% se han sentido perjudicados por la actitud de ciertos profesores a la hora de aprobar alguna asignatura o desarrollarla sin impedimentos. 

A pesar de no ser un gran número de personas encuestadas, estos resultados no son ninguna tontería. ¿Cómo puede ser que casi el 90% de los estudiantes considere que el sistema educativo no les beneficia y que no se sienten escuchados? 

A continuación, vamos conocer la opinión de Diego, Alberto y Diana con las entrevistas que me concedieron. El fin de realizar estas entrevistas fue profundizar en todos los aspectos mencionados en las encuestas desde el punto de vista de estudiantes de distintas carreras. 

Entrevista a Diego Jiménez, estudiante de Ciencias Ambientales en la Universidad Rey Juan Carlos

¿Consideras que el sistema actual funciona y por qué? 

"Sin lugar a duda, NO. Está claro que no funciona, y no sólo a nivel universitario, es algo estructural. Desde que somos pequeños, en primaria, comienzan a meterte en la cabeza que lo que va a determinar tu éxito en la vida es sacar mejores resultados en unas pruebas que miden si estudias o no (un examen, vamos). Ya desde edades tempranas se discrimina a un gran número de alumnos por sus calificaciones. ¿Y si ese niñ@ tiene problemas de concentración? ¿Qué pasa con los niñ@s que atienden, trabajan, pero por distintos motivos no son capaces de memorizar un temario o varios (pues ahí está la clave, en memorizar)? 

Para aquellos que superan estudios superiores y llegan a la universidad, entran en una carrera que les “gusta” y no cambia la situación. Yo he conocido a gente muy válida (y soy amigo personal de algun@s) que trabajan en un laboratorio muchísimo mejor que el 90% de los profesores de prácticas que hemos tenido (de hecho, yo he aprendido a trabajar en un laboratorio y a realizar ciertas pruebas gracias a ellos, y no a los profesores). Esos compañer@s, algunos se han quedado por el camino, otros están a punto y sólo unos pocos hemos llegado a la meta final. Después de esto, no puedo decir que el sistema actual funcione. Además, un sistema donde un alumno llora de impotencia tiene, ataques de ansiedad por lo mismo, hay casos de depresión (que no olvidemos que es una enfermedad), etc. no se puede decir que funcione ¿o si?.

¿Qué debería hacerse? No soy pedagogo ni profesor, pero creo que los cambios deberían empezar desde la base, enseñar a los niños a razonar y no a memorizar. Ampliar las ayudas formativas (no hablo de becas) y por consiguiente aumentar el número de docentes (más profesores, menos alumnos por clase). Una vez tenemos la base, ir ampliando a ESO y bachillerato ampliando los trabajos, la expresión oral y sobre todo disminuir la carga de trabajos absurdos o deberes (hacer 15 ejercicios de lo mismo para cada asignatura quita tiempo de estudio y de realización de trabajos formativos que amplíen las capacidades). Por último, para la universidad y estudios superiores, replantearse seriamente “Bolonia” y seguir con la dinámica ya introducida desde la base. Por último, no discriminar las artes y otras aptitudes."

¿Cuál es tu opinión sobre tener exámenes finales que sean un gran porcentaje de la nota? ¿Estás conforme con tenerlos o preferirías una evaluación con más parte práctica?

"Siguiendo en la línea de la primera pregunta, considero que es más importante cómo has trabajado una asignatura que el hecho de estudiar de memoria un temario o aprender a hacer x ejercicios y escupirlo en un examen que cuente el 50% o 60% del peso de la asignatura. En nuestra carrera, y hablando desde mi experiencia, asignaturas con mayor peso de la parte práctica (o de trabajo) son las que menos cuesta sacar. Realizas un trabajo, un buen trabajo, o varios trabajos (con una suma de al menos un 50%) y, además de currártelo y trabajarlo a conciencia, aprendes sobre la asignatura, aprendes expresión, síntesis y análisis, etc., y no dependes tanto de sacar un 5 en una prueba final. Desde mi opinión, un buen trabajo (los que son en grupo también, a pesar de que todos sabemos lo que pasa a veces) demuestra mejores aptitudes y aplicación de conocimientos de una asignatura que un examen. Sin duda."

En cuanto a la actitud del profesorado, ¿te ha perjudicado en algún momento o te ha impedido aprobar una asignatura por no poder desarrollarla con facilidad?

"Sí, en mi caso concreto en más de una asignatura. Como en todo en la vida, hay buenos y malos profesores. Por desgracia, en nuestra carrera hemos tenido bastantes malos profesores, y yo, que soy un poco rebelde me he enfrentado a ellos. En muchas ocasiones estos enfrentamientos han servido para mejorar las condiciones de ciertas asignaturas (no voy a decir cuáles ni señalar a ningún profesor, ni alumnos que hemos sido perjudicados por ellos). Hay asignaturas que las complican sobremanera, con exámenes imposibles o con clases que… en fin, llamarlas clases es decir algo generoso sobre lo que imparten. También hay profesores caóticos, no sabes por dónde te van a salir o qué va a pasar de un día a otro. También me gustaría, desde mi punto de vista claro, exponer algunos ejemplos de buenos profesores, pues ni mucho menos todos son malos (y creo honestamente que muchos compañeros que lo lean coincidirán en alguno): Óscar de Luis (Bioquímica), Marta (Contaminación Hídrica y Depuración de Aguas), Marta (Gestión de Suelos y Recursos Hídricos), David (Edafología), Mario (Evaluación de Impacto Ambiental), Antonio (Economía), etc. Son buenos docentes, implicados con los alumnos y, esto ya es personal 100%, excelentes personas."

Los créditos de cada asignatura engloban las horas de trabajo dentro de la universidad y fuera de ella. ¿Te parecen justos o crees que no tienen en cuenta la dificultad o las horas que realmente se dedican? 

"Esta es una pregunta interesante. Respondiendo con el reglamento en la mano (guías docentes), hay que decir que todo se tiene en cuenta, es decir, sí que reflejan el trabajo que haces tú, puertas afuera del aula. La triste realidad es que no es así. Dan mucho peso a asignaturas que, con seguir las clases, o en caso de no poder, seguir los apuntes las sacas sin más (o sufriendo, eso ya depende del profesor); y poco peso a asignaturas, como las de nuestro cuarto curso, donde las horas de clase son una quinta parte (por decir algo) de las horas que echas en tu tiempo fuera de las aulas. Además, existe un problema, ¿cómo cuantificas el tiempo que se emplea fuera de las aulas? Si miramos las guías docentes observamos que el tiempo cuantificado es 1:1 o 1:2, lo cual, además de risa, debería causar indignación. Al menos a mi me la provoca. Eso por no contar las horas recogidas como actividades prácticas. Que me incluyas como prácticas (que cuesta más la matricula por el empleo de material) una clase de 1 hora donde toda la clase resuelve 2 ejercicios… cuanto menos es un robo ¿no? No estamos usando material ni nada, lo único, pagar al profesor y pagar la luz (y calefacción o aire, aunque lo segundo en 6 años de carrera pocas veces lo han puesto)."

Por último, a todos nos ha pillado de improviso esta situación y nos hemos ido adaptando pero ¿crees que durante el confinamiento has tenido todos los recursos disponibles o has podido continuar con el curso con facilidad? 

"Aquí no puedo hablar de mi experiencia, pues sólo me quedaba una asignatura para terminar la carrera y era una segunda matrícula por tanto no he necesitado nada ni me he visto afectado (para bien o para mal), simplemente me he conectado cuando fueron los exámenes y los he resuelto. Sin más. Sin embargo, sí puedo comentar que a mis compañeros les ha costado un poco más de lo normal. Muchos profesores han pasado olímpicamente, han subido diapositivas (algunos vídeos ¡ojo!) y “pa’lante”; otros han complicado la vida a los alumnos, primero con los sistemas de seguimiento, con trabajos de un día para otro, mandando correos de relevancia sábados o domingos a las 6-7 de la tarde, etc. Una cosa es estar en casa y otra bien distinta estar 24/7 pendientes de la universidad, y más en la situación que hemos pasado."

¿Quieres comentar algo más? 

"Muy interesantes las preguntas, y desde luego dan para debate todas. Sobre todo, la primera donde sería interesante ver los puntos de vista de otros compañer@s para ver cómo afrontarían un cambio en el sistema educativo o si lo dejarían como está."


Entrevista a Alberto Paredes, estudiante de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Complutense de Madrid

¿Consideras que el sistema actual funciona y por qué? 

"No considero que funcione en el sentido de que se llegue a aprender los temas enseñados, sino que te obligan a reproducir un temario tal cual está escrito en un libro de texto, sin mostrar si realmente sabes lo que escribes y, mucho menos, si en un futuro vas a conseguir recordarlo. En cierto modo, este modelo de enseñanza inculca un valor de adaptación en los estudiantes que les servirá en un futuro al entrar en un nuevo trabajo o cambiar de ciudad."

¿Cuál es tu opinión sobre tener exámenes finales que sean un gran porcentaje de la nota? ¿Estás conforme con tenerlos o preferirías una evaluación con más parte práctica?

"Malísima, creo que no representan el trabajo real que realizan los estudiantes, porque deberían dar más peso a la evaluación continua, osea que el trabajo que se realiza durante el año sea más importante porque realmente es donde se muestran los conocimientos y habilidades. Además la parte práctica es mucho esfuerzo para la poca recompensa y en el examen puede ser el mismo esfuerzo pero es más arbitrario, en el sentido de que en el examen sólo muestras cómo eres capaz de contestar a unas preguntas. 

Por tanto, me gustaría que diesen al alumno la opción de realizar evaluación continua, con un gran peso, o presentarse directamente a un examen final, que valga la totalidad de la asignatura, pudiendo elegir la manera en que mejor muestre sus conocimientos, y que se adapte el criterio educativo a él, no él al criterio educativo. Creo que no es posible porque algunas asignaturas no se sabe cómo enseñarlas de una manera práctica y autodidacta."

En cuanto a la actitud del profesorado, ¿te ha perjudicado en algún momento o te ha impedido aprobar una asignatura por no poder desarrollarla con facilidad?

"No he suspendido por la actitud pero sí me ha perjudicado en la nota o en el entendimiento de esa asignatura. Han preferido, tanto en mi caso como en el de otros estudiantes, etiquetar de vago o mal estudiante discriminando  y apartándonos del resto, obligando a que los estudiantes se adapten a su modelo de enseñanza antes que ellos a sus alumnos. Si el alumno no es capaz de adaptarse, en mi opinión, tendría que hacer algún ejercicio para intentar no perder a sus alumnos." 

Los créditos de cada asignatura engloban las horas de trabajo dentro de la universidad y fuera de ella. ¿Te parecen justos o crees que no tienen en cuenta la dificultad o las horas que realmente se dedican? 

"No, no representan el tiempo, dedicación y esfuerzo que necesitan, porque asignaturas de tres créditos tienen el mismo temario que asignaturas de seis y se dan de manera más rápida. Yo creo que sólo se pone el valor de los créditos para repartir los 240 créditos entre las distintas asignaturas, mientras que antes con las carreras de cinco años las asignaturas podían tener el peso correspondiente al temario o esfuerzo que necesitaban, pero que en la adaptación a la normalización en cuatro años de todas las carreras no se ha hecho de una manera equilibrada." 

Por último, a todos nos ha pillado de improviso esta situación y nos hemos ido adaptando pero ¿crees que durante el confinamiento has tenido todos los recursos disponibles o has podido continuar con el curso con facilidad? 

"Creo que los profesores no estaban adaptados a una enseñanza a distancia y han aprendido durante el confinamiento, cosa que ellos entendían que nosotros ya teníamos aprendido. Los alumnos hemos tenido que adaptarnos más rápido y de manera más eficiente sobre elementos que el profesorado ha utilizado durante el confinamiento, ya que ellos daban por hecho que nosotros los manejábamos a la perfección. Algunos profesores han llegado a adaptarse demasiado tarde y las exigencias en los exámenes no han reflejado lo suficiente esta situación, como obligar a estudiar partes no dadas en clase o que no se han explicado lo suficiente. Otros por ejemplo han premiado más el trabajo práctico que el examen final, también porque era más fácil supervisar si estabas haciendo "trampas"."

¿Quieres comentar algo más?

"Creo que la pandemia ha podido crear una brecha en el sistema de enseñanza que puede servir para un cambio en la manera de enseñar y evaluar lo aprendido más acorde con la realidad actual."



Entrevista a Diana Dogariu, estudiante de Doble Grado en Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Carlos III de Madrid.

¿Consideras que el sistema actual funciona y por qué?

"Considero que el sistema educativo resulta deficiente en tanto en cuanto se orienta, en términos generales, a un modelo de “enseñanza” memorística basado en la realización de pruebas donde no se valoran los conocimientos adquiridos sino la capacidad de memorizar un temario extenso. Los estudiantes preparamos los exámenes de manera que podamos responder a las preguntas en base a nuestra capacidad de almacenamiento de contenidos que, finalmente, terminamos olvidando. Por lo tanto, el modelo de evaluación mediante exámenes se traduce en un aprendizaje ineficaz. Sin embargo, he comprobado en numerosas ocasiones que cuando se le ha dado el mayor porcentaje de la evaluación a un trabajo final (en vez de al examen) que implica una revisión de la literatura (es decir, búsqueda de información y datos) los conocimientos se interiorizan mucho mejor. 

Por otro lado, la manera de impartir las sesiones teóricas no fomentan el interés del alumnado en las clases puesto que, generalmente, los docentes se limitan a leer diapositivas o exponer el temario sin lograr captar la atención de las y los estudiantes, por lo que no se incentiva el aprendizaje. En cambio, la excepción se encuentra en profesores/as que optan por hacernos partícipes de la clase mediante debates u otras dinámicas que fomentan que nos involucremos en la sesión (de esta manera resulta mucho más sencillo que los conocimientos se almacenen en nuestra memoria a largo plazo).

Hay muchos otros aspectos del sistema educativo actual que afectan de manera negativa a las y los estudiantes (la falta de ayudas económicas para sufragar el coste de las matrículas o la facilidad con la que se pierde el derecho a las mismas; la prácticamente imposible conciliación de los ámbitos laboral y educativo, etc.)."

¿Cuál es tu opinión sobre tener exámenes finales que sean un gran porcentaje de la nota? ¿Estás conforme con tenerlos o preferirías una evaluación con más parte práctica?

"Como he mencionado anteriormente, considero que el alto porcentaje de la nota que implican los exámenes finales resulta perjudicial puesto que no sólo no tiene en cuenta los conocimientos y las capacidades, sino que ignora las variables personales del alumnado que se ve influenciado por aspectos emocionales (estado de ánimo, problemas personales), de salud (personal o familiar) e, incluso, dificultades para estudiar (como, por ejemplo, la brecha digital que tanto nos ha afectado durante el confinamiento a quienes no contábamos con instrumentos tecnológicos adecuados). 

En cambio, una evaluación práctica y continua durante el cuatrimestre no sólo permite que no nos juguemos toda una asignatura por un examen en un día concreto (con las implicaciones que ello conlleva), sino que resulta mucho más efectivo para interiorizar conocimientos. De hecho, se ha demostrado que los resultados son mejores en aquellas asignaturas donde tenía más peso un trabajo que el examen, pues no implican la misma presión demostrarlo todo en un examen de dos horas que en un trabajo al que se le dedican semanas. Sería, por tanto, una gran mejora reducir el peso de los exámenes en pro de trabajos, prácticas, etc."

En cuanto a la actitud del profesorado, ¿te ha perjudicado en algún momento o te ha impedido aprobar una asignatura por no poder desarrollarla con facilidad?

"Efectivamente, hay profesores que no incentivan el aprendizaje y ello termina perjudicando al alumnado. He tenido algunos profesores (además de asignaturas prácticas, no teóricas) que impartían sus clases en media hora y nos dejaban la hora restante libre cuando yo misma tenía dificultades para comprender los ejercicios de su asignatura; otros que quitaban 0,3 puntos de la nota final de la asignatura por medidas que imponía él mismo y nos obligaba a ver documentales que herían nuestra sensibilidad (al ver a algunas de nosotras llorando en plena clase nos dejó salir, pero al resto, si decidían salir, les restaba 0,3)… 

Sin embargo, considero más relevante centrarnos en profesores/as con vocación que han conseguido que disfrutemos de sus clases y, sobre todo, que aprendamos. Un profesor de economía que para explicar un tema sobre el dinero de los bancos haciéndonos pasar a unos por clientes y a otros por bancos para comprenderlo mejor; o profesoras que para comprender las corrientes de pensamiento de diferentes grupos hacía dinámicas de debates en las que nos personificábamos en sociólogos, políticos o autores. Ojalá que todas las universidades apostaran por este tipo de docentes con vocación."

Los créditos de cada asignatura engloban las horas de trabajo dentro de la universidad y fuera de ella. ¿Te parecen justos o crees que no tienen en cuenta la dificultad o las horas que realmente se dedican? 

"Considero que todas las asignaturas requieren una gran inversión de tiempo y se deberían adaptar los créditos en función de la cantidad de trabajo que requiera cada asignatura."

Por último, a todos nos ha pillado de improviso esta situación y nos hemos ido adaptando pero ¿crees que durante el confinamiento has tenido todos los recursos disponibles o has podido continuar con el curso con facilidad? 

"He tenido muchas dificultades para seguir el curso con la misma normalidad que el resto:

- Al estar teletrabajando por las mañanas, no podía asistir a las clases online, que previamente eran por la tarde y, además, no las grababan ni las subían para poder verlas después (a pesar de que los y las delegadas lo solicitaban).
- Las clases que sí podía ver por la tarde daban problemas (no se escuchaban o directamente no podía acceder a ellas).
- Los PowerPoint que subían los profesores donde había grabaciones de voz en cada diapositiva a mi sólo me aparecía en una diapositiva (en el resto no) y duraban sólo 3 minutos (al resto de la clase le duraban 10 minutos).
- A veces la situación particular de cada hogar impedía poder seguir esas clases online o concentrarse en hacer trabajos.

Ha fallado la flexibilidad y el desconocimiento de la brecha digital (un profesor dijo que si teníamos problemas con nuestro ordenador fuéramos a pedírselo a alguien cuando no se podía salir de casa ni ver a nadie, obligaba a hacer el examen con cámara cuando muchos no tenían y si alguien tenía problemas para hacer el examen a su modo, tenía que hacerlo “oral y será más difícil” decía, lo cual resulta injusto tanto por no disponer de recursos informáticos adecuados como por tener que asumir un examen oral totalmente diferente al examen tipo test que hubiese tenido).

Desde mi punto de vista y teniendo una carrera puramente teórica, todas las asignaturas deberían haber sido evaluadas con un trabajo final escrito que contara el 100% de la nota. Esto teniendo en cuenta que el 100% del alumnado tiene al menos un ordenador que funcione correctamente y acceso a internet, pues muchas personas dependían de los ordenadores de la universidad y, si bien se prestaron ordenadores (n.º limitado) a alumnos de Madrid, quienes estábamos fuera de Madrid no teníamos acceso a ellos. Yo misma hubiese cogido un ordenador de la Universidad si hubiese podido."

¿Quieres comentar algo más?

"Se hace necesaria una evaluación de todas las leyes de educación para tener en cuenta los resultados de las mismas y, a partir del conocimiento de cómo nos han afectado, elaborar una nueva ley de educación que cambie el modelo de enseñanza tradicional y fomente uno que incentive el aprendizaje eficaz y la puesta en práctica de conocimientos para interiorizarlos. 

Además, debe ser un modelo educativo orientado al mercado laboral para eliminar la sensación que tenemos de “no saber hacer nada” una vez terminamos nuestros estudios. Deberíamos salir de la universidad perfectamente preparados para desempeñar un trabajo a pesar de no tener experiencia aún."



Hasta aquí las entrevistas. ¿Qué te han parecido los resultados de las encuestas? ¿Estás de acuerdo con la opinión de los entrevistados? Comparte si te ha parecido interesante y escribe en los comentarios tu opinión. Mi opinión y la conclusión que saco de todo esto lo tendrás en la próxima entrada

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